San Lorenzo no tuvo tiempo para festejar el triunfo ante Tigre, el primero en esta Copa de la Liga Profesional. Apenas finalizó el partido en el Nuevo Gasómetro, todo el plantel cambió el chip y comenzó a pensar en el clásico con Huracán. Principalmente uno de sus referentes, Adam Bareiro, quien palpitó el choque que se viene en Parque Patricios y levantó la temperatura.

El delantero paraguayo, autor de uno de los goles de la victoria 2-0, remarcó la confianza que le tiene al Ciclón en su visita al Tomás Adolfo Ducó el próximo sábado y también aprovechó para picantearlo al Globo: “No perdemos contra esos”.

Y agregó: “El equipo se está acomodando. Hay un grupo muy unido. Este el camino a seguir. En lo personal es una alegría inmensa convertir, pero no me pongo a contar los goles que hice».

Aquel primer comentario fue bien recibido en Boedo, de hecho hasta con gracia, pero que cayó mal en la vereda de enfrente, debido a que no es la primera vez que echa leña al fuego. En septiembre el año pasado, el N°9 azulgrana empató el clásico de penal y tuvo un gesto provocador de cara al banco rival: se besó el escudo y se hizo con el gesto el gesto de un bigote.

«El bigote es para un tío de Paraguay, se lo dedico a él», había dicho en su momento, aunque nadie dudó de que había sido una cargada para Matías Cóccaro, otro atacante que solía saltar con los tapones de punta dentro y fuera de la cancha.

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