Fue 4-2 en tiempo extra, y así el Atlético de Madrid se recuperó del 3-5 en la Supercopa y festejó con su gente.
La revancha, inmejorable: contra el rival de toda la vida, poniendo en juego el pase de ronda en la Copa del Rey. Y como buena revancha, tuvo un final feliz para el Colchonero, que ganó 4-2 en la prórroga frente a su gente y dejó afuera al equipo de Carlo Ancelotti.
En el primer gol Antonio Rudiger quiso despejar un centro y dejó solo a Samuel Lino para el 1-0. ¿Hubo algo de mala fortuna? Seguro, porque no se puede olvidar que a Jan Oblak se le escapó un centro fácil que terminó en el 1-1 al final del PT, pero una y otra vez, la moneda volvió a caer del lado albirrojo. El 2-1 de Álvaro Morata, una serie de rebotes madridistas que terminó con él solo debajo del arco, fue una muesta clarísima. No obstante, sería un error decir que la suerte hizo todo el trabajo. La resilencia y el no claudicar de los del «Cholo» hicieron lo suyo.
Porque el Real, bien grande, se levantó cada vez que lo sometieron (Joselu, al final de los 90’, parecía ser otra vez verdugo). Pero con garra, fútbol y los aportes goleadores de Griezmann y el ingresado Riquelme, el Atleti se mantuvo en pie. Sobrevivió, gozó ante el que lo hizo sufrir hace una semana y metió un festejo para la historia.
En un partido que fue una montaña rusa de emociones, el Atlético Madrid se vengó y se impuso al Real Madrid y pasó a los cuartos de final de la Copa del Rey.