Liga Profesional de Fútbol

Newell’s cayó ante Lanús por 1 a 0 en el Sur y no encuentra la regularidad

Este Newell’s necesitaba una confirmación. Precisaba afirmar la dirección y la determinación de su paso. Convencer y convencerse de sus potenciales con un nuevo gesto en fase de avance, en un escenario de mayor exigencia. Le hacía falta otra cosecha gruesa de puntos para no perder terreno en la zona de clasificación a las Copas. Con la caída 1-0 en la visita a Lanús (gol de Leandro Díaz), volvió a retroceder varios casilleros. Expuso muchas dudas, no estuvo ni cerca de forjar una presentación convincente y no puede a escapar de ese manto de irregularidad que sigue envolviendo su paso y sus aspiraciones, sobre todo cuando sale de Rosario.

Newell’s no usó el envión positivo que había conseguido ante Arsenal en la jornada anterior. En un partido en el que siempre fue superado, estuvo más cerca de ser goleado y volvió a exponer que de visitante todo lo cuesta mucho más. Gabriel Heinze metió acento en la rotación y además apoyó los seis cambios nominales iniciales en una estructura táctica con cinco en la última línea. Y que no funcionó.

Newell’s se mostró más intenso en los minutos de arranque. Pero esa imagen intentando convertirse en patrón de las acciones duró solo 10 minutos. Lanús de a poco empezó a buscar el desarrollo de su partido. Avisó con un córner desde la derecha que cabeceó Lema. La pelota detenida siempre fue un arma para el local. A los 14′, Leandro Díaz abrió el marcador, tras un tiro libre desde la derecha. La lepra marcó muy mal tras otro cabezazo de Lema, dejó mucha libertad para el rival, que definió con un toque suave de su centrodelantero en el área chica. Newell’s ya mostraba preocupantes desconcentraciones.

A los 17’, Mansilla con un cabezazo muy liviano construyó la única favorable en los 45 iniciales. A esa altura del partido quedaba claro que la defensa leprosa no daba garantías ni seguridades. Había errores básicos y vacilaciones que agrandaban al local.

Tras el gol el trámite fue quedando en manos de Lanús que generaba ocasiones con mucha facilidad. Llegaba a lastimar y en cada ataque le multiplicaban las dudas en toda la estructura defensiva. Claramente, la línea de tres zagueros no funcionó. Y en ese marco de fragilidad de la apuesta rojinegra, se sumaron posibilidades para el granate.

A los 22’, Mansilla quedó pagando y Hoyos salvó a Newell’s tras un mano a mano con de la Vega. El 10 local se estacionó por derecha y se hizo un festín. Lanús avisaba por varias vías y tuvo varios córners. Newell’s se llenó de nervios y le costaba parar la pelota. No hacía pie para exhibir una mínima reacción. El dueño de casa siempre estuvo más cerca del segundo que Newell’s de una reinserción en el partido. A los 40’, Lema estrelló un tiro libre en el horizontal. En ese escenario, Newell’s rogaba por la llegada del entretiempo, que llegó como un bálsamo.

Heinze increíblemente no hizo cambios y el complemento comenzó con similares características. Al minuto, Boggio tuvo otra clara, entrando por izquierda, que tapó Hoyos haciendo la de Dios. El uno rojinegro seguía siendo el único que se revelaba ante una actuación colectiva que se desembocaba en la necesidad de intervenir para salvar a su equipo de una goleada.

El conjunto rojinegro seguía devorado por un estado de imprecisiones permanente. No salía de ese aturdimiento. No encontraba herramientas ni recursos para hacerse de la pelota, siempre le volvía rápido y sufría en cada avance de Lanús, comandado por Boggio y De la Vega.

A los 22’, Perez Tica tuvo un cabezazo tras trepada de Mosquera. Estaba muy solo y no lo aprovechó debidamente. La visita, solo con coraje, y sin ideas, emparejó el trámite, por lo menos, tenía más la pelota. Lanús le perdonó la vida y el marcador apretado siempre le dio la ilusión de llevarse algo más de tierra granate.

Esa chance épica, propias de los epílogos, nunca llegó. Y el triunfo se instaló con justicia del lado que recolecto muchos merecimientos más. De esa manera, esta visita a Lanús lo devolvió a una estación replanteos y preocupaciones. Este Newell’s es así, un paso adelante y uno atrás. No sale de su propio laberinto.

Fuente La Capital

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