Ringo Bonavena, o “el rey sin corona”, como muchos lo conocían, dejó nuestro mundo el 22 de mayo de 1976 cuando apenas tenía 33 añosUn contrato fraudulento y la pelea con un capo de la mafia sentenció la muerte del histórico boxeador que se enfrentó en un ring contra Muhammad AliA 48 años de su asesinato, el deporte argentino y su barrio de origen, Parque Patricios, aún lo recuerdan.

El nacido en el sur de la Ciudad de Buenos Aires comenzó su carrera como boxeador en 1956, en el Club Atlético Huracán. Sus cualidades no dejaban dudas y muy pronto fue campeón amateur, en 1959. Esto lo catapultó a la meca del boxeo, los Estados Unidos. El país norteamericano fue sede de sus peleas más recordadas, pero también fue el lugar de su muerte.

Pocas veces todo un país se detuvo para ver un mismo evento. Eso ocurrió con la pelea de Ringo Bonavena frente a Muhammad Ali, que tuvo 79.1 puntos de rating. A pesar de la derrota, el pibe de Parque Patricios siempre soñó con la revancha y eso lo llevó a firmar un contrato que, años más tarde sentenciaría, su asesinato.

No solo Cassius Clay fue uno de sus rivales más destacados, sino que por su haber también pasaron figuras de la talla de Jimmy Ellis, Joe Frazier y Ron Lyle. Pero la posibilidad de tener una nueva oportunidad con Ali era lo que le quitaba el sueño al argentino. Para conseguirlo hizo de todo, incluso lo invitó a pelear cara a cara.

Cuando George Foreman y Ken Norton se iban a medir en un combate en los Estados Unidos, tanto Ali como Bonavena estaban entre los invitados. Ringo se quitó su lujoso saco, se subió al ring y lo invitó a pelear: lo trató de gallina y cobarde, pero sus provocaciones no fueron suficientes para conseguir la reacción se su contrincante.

Sin embargo, una nueva posibilidad apareció para Bonavena. Joe Montano, un puertorriqueño radicado en Nueva York, se convirtió en el nuevo representante del boxeador bajo la promesa de conseguirle la revancha con el norteamericano. El contrato que firmaron se convirtió en un fraude: Montano se lo transfirió a Joe Conforte, un capo de la mafia.

Conforte, un siciliano que tenía 57 años, vivía en Nueva Jersey hacía 40 años y había ganado su fama como jefe de la mafia local. La organización que comandaba se dedicaba al juego y la prostitución. De repente, Ringo Bonavena se convirtió en el animador de las fiestas más lujuriosas que tenían lugar en sus prostíbulos y casinos clandestinos.

Por contrato, Ringo debía participar en ellas. Sin embargo, no eran de su agrado e incluso amenazó con romper el vínculo legal que lo unía al capo de la mafia como su representante. En una ocasión, el boxeador llegó a confesarle al periodista Cherquis Bialo cómo eran estas peleas: “Esto es un circo, viejo”.

Según cita el periodista, Ringo agregó: “Alrededor del ring hay mesas con faisanes, champagne, putas hermosas vestidas de gala, millonarios con guardaespaldas, camareras prácticamente en bolas sirviendo, risotadas, todo el mundo fuma habanos o cigarrillos o marihuana. Es una cagada, un desastre. ¿Quién puede pelear así? Ah, te tiran comida al ring si algo de lo que estás haciendo no les gusta. Pan y circo, viejo. Yo aquí no peleo más”.

Esas frases llegaron a los altos mandos de la mafia de Nueva Jersey y no gustaron para nada. Encima, Ringo se casó con la mujer de uno de los guardaespaldas de Conforte.

A 48 años de su asesinato: cómo fue la muerte de Ringo Bonavena

Como si fuera poco, construyó una relación de amistad con Sally, la esposa del capo de la mafia. Esto despertó la furia de Conforte, que dijo sobre el boxeador argentino: “No quiero ver a este imbécil con Sally, no quiero que frecuente este lugar, no quiero que coma mi comida, no quiero que se acueste con mis chicas. Díganle que se acabó”.

Sin embargo, cuando estaba por volver a la Argentina, Ringo Bonavena pasó una última vez por el Mustang Ranch, el local donde ocurrían estos eventos y de donde había sido vetado. La noche del 21 de mayo de 1976 un amigo suyo había desaparecido y recibió una llamada amenazante, por lo que abordó su Montecarlo Coupe 75′ para ir en su búsqueda.

Ringo Bonavena se apersonó en el Mustang Ranch y allí lo estaban esperando. “Eh, oigan bien ustedes, estúpidos guardaespaldas de cuarta, voy a entrar de cualquier manera”, les espetó a los mafiosos que estaban apuntándole con armas de fuego. “Te conviene irte”, le dijeron. La advertencia era en serio.

Bonavena avanzó y los guardaespaldas abrieron fuego. De los seis disparos que salieron de la escopeta de William Ross Brymer, uno de ellos impactó en el corazón de Ringo, quien murió en el acto. Con solo 33 años, un vuelo de Aerolíneas Argentinas aguardaba por él para retornar a su país.

Ringo Bonavena fue declarado muerto luego de recibir un disparo de una Remington 30-08 en la madrugada del 22 de mayo de 1976. En Argentina lo esperaban su familia y sus hijos. Detrás quedó su legado y la ambición de volver a subirse a un ring con Muhammad Ali, luego de que aquel contrato fraudulento sentencie su muerte en manos de la mafia.

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