Los últimos años de la carrera deportiva de Brian Fernández estuvieron marcados por los problemas extra futbolísticos. El delantero santafesino de 29 años viene atravesando distintos tratamientos enfocados en las adicciones y durante los próximos días podría tener un nuevo regreso al fútbol con la camiseta de Almirante Brown, el club que está acompañándolo en esta reaparición.
El futbolista surgido de Defensa y Justicia lleva cuatro años transitando una carrera con intermitencias a raíz del problema de salud que lo afecta, pero se mostró con fortaleza para aprovechar esta chance que tiene en la Primera Nacional: «Vengo trabajando doble turno para poder estar a la altura de mis compañeros. Trabajo para estar bien, venir todos los días a entrenar es lo más importante para mí. Después si juego o no, hoy en día pasa a estar en segundo plano porque lo único que necesito es seguir estando bien y manejándome bien», reconoció.
«Hoy en día eso es lo que me mantiene tranquilo: querer estar bien y no apurarme a la hora de querer jugar. Porque cuando me apuré, me quise ir a México y no estaba preparado. Entonces tuve que volverme. Así me sucedió por tomarme las cosas apuradas. Hoy el proceso es levantarme, luchar, entrenar y darle para adelante», señaló en la nota que le dio a DSports Radio en referencia a su última estadía en Morelia.
Hace un mes, el club de Isidro Casanova decidió abrirle las puertas para que Brian tenga una nueva oportunidad en el fútbol, hasta el momento el equipo perdió en los tres partidos que disputó de la nueva temporada.
El atacante afirmó que «de a poquito» se está alejando de todos los entornos que lo perjudicaban en su tratamiento: «Es difícil pero nada es imposible así que lucho todos los días contra mi problema». Almirante decidió que un dirigente esté acompañando a Brian para ayudarlo en el día a día: «Me dieron mi departamento, mis cosas, me dijeron que me manejara a mi manera, que ellos no se van a meter en mi vida. Sí me van a acompañar en las decisiones que tome. Me hacen una vida muy tranquila, demasiado tranquila».
«Tengo que aprender a vivir conmigo solo. Hoy en día me encuentro en Buenos Aires y aprendo a vivir solo, a tener días aburridos, saber que es parte de la vida y que no tengo que ir a arreglar para irme a algún lado porque estoy aburrido», explicó. En referencia a ese tema recordó algunas malas decisiones que tomó en el pasado: «Tengo muy claro lo que se me viene si hoy hago una cagada. Sé el resultado, lo que me va a costar, lo que voy a sufrir, lo mal que la va a pasar la familia. Voy a quedar solo nuevamente y eso no lo quiero».
Y planteó: «¿Me sirve si me voy a Santa Fe solo? ¿Me sirve si me voy a bailar un día? Trato de saber si me sirve o no, si al otro día voy a estar bien o no. Trato de mirar ese lado. Muchas veces te dicen está todo bien cuando realmente no estaba todo bien. Salir de un partido e irme para Santa Fe directamente, al otro día volverme a la madrugada. No estaba bien eso. Festejamos todos juntos ¿y después? ¿quién está al otro día entrenando? Yo solo. No están mis amigos o la gente con la que yo contaba en ese momento».
Brian afirma no «recordar muy bien» cuando empezaron sus problemas de adicción, pero subrayó: «Cuando toqué el éxito, no lo pude manejar sinceramente. No estaba apto para hacerlo. Hoy en día estoy tratando de volver a lo que realmente me pertenece. Tengo que hacer un esfuerzo más del que hice cuando me vine a Buenos Aires con 15 años para probarme en Defensa y Justicia. Me gustaría tener 17 años, pero tengo 29 y trato de levantarme; y mirar atrás un poquito para saber que tuve cosas buenas, no siempre fui malo».
«No es lindo ir a un club o a otro país y hacer el retorno de nuevo para Argentina, luego lo que sale en los medios. Esas cosas son duras para mí», explicó. También habló sobre el vínculo con sus hermanos futbolistas Leandro (Universidad de Chile), Nicolás (Defensa y Justicia) y Juan Cruz (Excursionistas): «Están contentos que esté en una cancha de fútbol. De verme, aunque no juegue, que estoy concentrado igual, de verme entrenar. Para ellos es muy importante que esté bien. Creo me puse esa mochila que soy muy importante para sus vidas, porque si estoy bien los dejo más tranquilos y se pueden desempeñar aún mejor. Se nota mucho en mis hermanos a la hora de jugar un partido y no quiero generarles esa incomodidad, esa preocupación, esos mensajes que les pueden llegar. Quiero que me vean bien. Hoy mi vida es muy importante para mí».
En ese tema, también se refirió su entorno y afirmó que algunas amistades del pasado todavía lo siguen llamando, pero aclaró: «Hoy tengo otras responsabilidades, me siento un poquito más maduro. Soy uno de los referentes, tengo que estar a la altura y demostrar que se puede». En ese enfoque, aseguró que «es muy difícil que te puedan entender. Lo más importante es que no te dejen solo. Si lo dejás solo, es peor. Si no le escribís, es un daño. La familia nunca me soltó la mano, jamás. Siempre estuvo ahí, más allá de que hayan tenido bronca, se hayan molestado o puedan estar sufriendo todas las noches».