Más allá de no estar lesionado, lo cierto es que la gran cantidad de minutos acumulados entre fines de julio, todo agosto y el inicio de septiembre pone en duda la presencia Lionel Messi en la segunda fecha de las Eliminatorias, ante Bolivia. Por lo pronto, la Pulga no se bajó del avión, pero eso es algo que se decidirá seguramente en las próximas horas.
Para dimensionar el enorme desgaste que hizo el capitán de la Albiceleste hay que tener en cuenta que disputó 600 minutos en todo el mes, solo con la camiseta de las Garzas. Esa cifra es una a la que no se le acercaba desde hace más de dos años, cuando en febrero de 2021 jugó 694 minutos con Barcelona. Su récord personal data de octubre de 2020, con 810 minutos repartidos entre el blaugrana y Argentina.
A eso hay que sumarle que, en los 32 días que separan el duelo ante FC Dallas y el de Ecuador, Messi acumuló un total de 28.110 kilómetros recorridos, algo que arroja un promedio exacto de 878,43 kilómetros por día. Más allá de las comodidades que puedan tener los jugadores en cuanto a viajes y aviones, lo cierto es que para un futbolista de 36 años acostumbrado a las cortas distancias europeas no es poca cosa.
Además, hay que tener en cuenta que Messi solo descansó en tres partidos desde que llegó a Inter Miami: el primero, ante Cruz Azul, cuando ingresó como suplente por Benjamín Cremaschi a los nueve minutos de la segunda parte; el segundo, ante Atlanta United, cuando se fue reemplazado a falta de 12 minutos para el cierre del partido; y el último, ante New York RB, cuando arrancó como suplente e ingresó a los 15 minutos del complemento. Así, su pedido de salir ante Ecuador es mucho más comprensible.