Un juzgado español declaró que Barcelona podría haberse beneficiado durante casi dos décadas de una «posible corrupción sistémica», en medio del escándalo por los arbitrajes en aquel país, según respaldan documentos oficiales.
El juez instructor Joaquín Aguirre López sostuvo que creía que cualquier otro equipo de LaLiga que compitió contra el Barcelona entre 2001 y 2018 —cuando el club hizo presuntos pagos a una empresa propiedad de un alto cargo arbitral— podría haberse visto perjudicado por la presunta trama y podría emprender acciones legales.
En marzo, los fiscales presentaron una denuncia por supuestos pagos de más de 7,3 millones de euros (7,8 millones de dólares) durante 17 años a empresas propiedad de José María Enríquez Negreira, que fue vicepresidente del comité de arbitraje de la federación de fútbol (CTA) entre 1993 y 2018. El eterno rival del «Barça», el Real Madrid, se había unido a la acusación en la demanda como parte perjudicada.
«Se presume por pura lógica que el FC Barcelona no pagaría al vicepresidente Negreira en torno a siete millones de euros desde el año 2001 si no le beneficiara», expresó Aguirre en la sentencia del martes rechazando el recurso de la institución contra la participación del Real Madrid en la querella.
Otros equipos de primera división podrían haberse visto potencialmente perjudicados también, dijo, si se probaba que el CTA asignaba árbitros a determinados partidos según criterios ajenos a sus cualidades técnicas.
Hasta ahora no se han encontrado pruebas de que Negreira pagara a los árbitros para influir en los resultados de los partidos, continuó Aguirre.
El juzgado también abrió una causa separada para investigar el presunto blanqueo de dinero por parte de Negreira, su hijo y la red de empresas a través de las cuales se efectuaron los supuestos pagos del Barcelona.
En un comunicado emitido en febrero, Barcelona negó haber cometido delito alguno, afirmando que había pagado a un consultor externo que le suministraba informes técnicos relacionados con el arbitraje profesional. Se trataba de una práctica habitual entre los clubes de fútbol profesional, afirmó el conjunto catalán.