El presente de Marcos Rojo en Boca se vio en los últimos tiempos envuelta en algunas polémicas incómodas: el hecho de que no haber podido volver a las canchas tras su rotura de ligamentos de la rodilla de octubre del año pasado lo mantiene en vilo, y sus posteriores lesiones musculares hicieron mella en su ánimo. Para colmo, muchos se enteraron por los medios de su viaje a Miami para tratar sus dolencias, y en plena recuperación salió el doctor Jorge Batista con los tapones de punta contra Julio César Murillo, el profesional que trabaja con el defensor en Estados Unidos.

Después de la victoria de este lunes frente a Huracán por la Liga Profesional, lógicamente el tema se coló en la conferencia de prensa del entrenador xeneize, quien intentó bajar los decibeles de la controversia apelando a las razones más humanitarias del viaje. «Marcos habló conmigo y con la gente del Consejo. Nos pusimos de acuerdo. Es una manera de salir del entorno, ir a hacer un tratamiento, fue con la familia. Está enfocado en volver. La estaba pasando mal. Estaba triste porque quería volver lo antes posible y volvía a reincidir en la lesión. Le genera cierto estrés», explicó.

Y acerca de las estrategias para mejorar el cuadro, en el centro de los cuestionamientos de Batista, Almirón matizó: «No es que allá lo van a curar, que son magos… Juntando la parte emocional y recuperación… En 10 días estará con nosotros». Y el DT admitió: «Espero que llegue lo antes posible, es importante dentro y fuera de la cancha para todo el grupo».