El defensor de Manchester United y la Selección Argentina recordó con tristeza su salida de la Lepra, y aseguró que “había gente que no estaba capacitada” e hizo un apartado para los hinchas.

Antes de brillar en Defensa y Justicia, de pegar el salto a Europa con la camiseta de Ajax en los Países Bajos, de ganarse por su juego y sus actuaciones a los hinchas del Manchester United y ser campeón del mundo con la Selección Argentina, Lisandro Martínez sufrió un duro golpe en su carrera cuando lo dejó ir Newell’s.

Mientras sigue recuperándose de la fractura en el quinto metatarsiano que sufrió en los cuartos de final de la Europa League, y que no le permitió sumarse a la gira asiática con la Scaloneta, el defensor zurdo ahondó sobre sus inicios en el fútbol, recordó con tristeza su salida de la Lepra allá por 2017 y fue muy crítico con el entrenador de turno y la gente del club que no apostó por las Inferiores.

«En Newell’s no sentía que iba a jugar profesionalmente, más allá de haber debutado. Fui campeón en la Reserva donde había muchos chicos con proyección y sueños, pero el técnico que no estuvo a la altura en ese momento y gente que no proyectaba con esos chicos, hoy tal vez están sin clubes o en lugares donde no se merecen”, expresó Lisandro en una charla a corazón abierto con Secta Deportiva.

Más allá de no haberse ido de Rosario con una sonrisa en el rostro y con un buen recuerdo, el “carnicero” de los Red Devils le quitó responsabilidad al pueblo leproso y destacó el apoyo: «Lo que a mí me pasó no tiene nada que ver con la gente. Los hinchas me demostraron todo su cariño».

El caudillo entrerriano de apenas 25 años palpitó las Eliminatorias Sudamericanas de septiembre: «El próximo desafío es seguir ganando. Hay que seguir consolidándose, pensar partido a partido. Ahora toca la parte más difícil que es mantenerse porque todos van a querer ganarle al campeón del mundo».

Consultado sobre la tercera estrella conseguida en Qatar, Martínez no pudo ocultar su alegría: «Soy feliz porque hicimos felices a millones de argentinos». Y aseguró como varios compañeros: “La derrota con Arabia nos hizo fuertes, nos despertó. Fue justo a tiempo. Este Mundial nos enseñó que hay que pelear por lo que uno quiere y no darse por vencido. Hay que luchar por los sueños porque se pueden hacer realidad».

Por último, y tras reconocer que “escuchar el himno te pone los pies sobre la tierra: te lleva a los principios, a cuando arrancaste en el fútbol, a cuando jugabas en el barrio”, Licha se refirió a la Banda del Palo Santo junto a Cuti Romero y Nahuel Molina: «Nosotros teníamos un hábito: nos levantábamos a la mañana, agradecíamos, prendíamos el palo santo y nos visualizábamos campeones. Sentíamos que se podía, que teníamos que confiar en nosotros. Iban pasando los días y cada día creíamos más».