A casi seis meses de consagrarse campeón del Mundial Qatar 2022, Rodrigo De Paul aún tiene en carne viva la victoria obtenida en Medio Oriente. “Todos los días pienso sobre eso”, reconoció. En su pecho lleva colgada la cadena con un dije de la Copa del Mundo que le regaló hace poco tiempo su novia, la cantante Tini Stoessel. Recuerda como si hubiera sido ayer cuando Gonzalo Montiel pateó el penal para ganarle la final a Francia y lo primero que hizo fue buscar con la mirada a su amigo Lionel Messi, “el enano” como lo llama con cariño, que ya estaba tirado en el centro del campo de juego abrazado a Leandro Paredes.
“Lo primero que pensé apenas la pelota tocó la red fue en Leo, en abrazarlo. Me di cuenta lo difícil que fue para él respecto de todos los anteriores mundiales. Lamentablemente, la persona más importante del fútbol pasaba a ser la cara de la derrota”, rememoró el volante en una entrevista con la TV Pública.
Es que Messi y De Paul forjaron una amistad entrañable. “Lo quiero un montón y le agradezco por ser quien es conmigo y por la confianza que me tiene”, dijo el jugador del Atlético. Casi todos los días en los que el buen tiempo acompañaba a la selección durante el mayor evento futbolístico a nivel mundial, el 10 y el 7 salían a un sector de la Universidad de Qatar donde estaban hospedados y buscaban césped para pisarlo descalzos. A veces, iba con ellos Alejandro “el Papu” Gómez. “Era para sentir la energía”, contó el volante. Algo de música y los infaltables mates acompañaban las largas charlas reflexivas entre ambos.
De Paul reconoció que “vivíamos al máximo el Mundial. Mirábamos todos los partidos, de todos los grupos, los analizábamos”. Claro que no todo había sido tan relajado. La derrota contra Arabia Saudita en el primer partido del grupo fue “durísima”. En la comida tras el errático encuentro se escuchaba con claridad el ruido del tenedor en el plato, “no volaba una mosca, nadie hablaba”. De todas maneras, el “motorcito”, como describió Emiliano “el Dibu” Martínez a De Paul, reflexionó que el equipo “reaccionó muy bien a esta situación”. “Se ve que en algún lugar sabíamos que iba a venir el golpe. Creo que lo gestionamos bien, tuvimos ese pequeño duelo un par de días y luego seguimos”, agregó.
El volante contó que cuando se hizo el sorteo de los grupos para el campeonato en Qatar le dijo a Lionel Scaloni que “había estado bien” el resultado que le había tocado a la Argentina “y él me dijo que no, que era lo peor que nos pudo pasar porque pensamos que es una selección fácil”.
Si hubo alguien que no perdió las esperanzas en el equipo ese fue Messi. “Siempre tuvo mucha confianza. No se cómo habrá gestionado ese dolor. Hablamos de todos los escenarios posibles”, contó De Paul. Él le decía a su capitán: “Boludo, nuestro mundial puede durar cinco días si no ganamos contra México, pero él siempre te hablaba desde un lugar como que no era el último partido. ¡Y podía ser el último último para él!”.
Su amor por el fútbol
En su novia Tini, De Paul encontró la persona para que lo sacara de esos momentos y lo hiciera despegar de todos esos miedos que iba sintiendo. “No te puedo decir que no salía con miedo, obvio que lo tenía. Estás nervioso y hay una lucha interna de saber controlarlo”, reflexionó.
“Antes del Mundial, muchas veces no la pase muy bien. En un momento decían que no iba a poder entrar, que tenía la cabeza en otro lado. Los últimos dos meses antes del Mundial casi no salí de mi casa. Iba a entrenar por la noche”, contó el volante. Hubo también otra situación que le causó preocupación, pero esta vez cuando el evento ya estaba en marcha. Antes de jugar contra Países Bajos, De Paul sufrió una molestia muscular en una de sus piernas.
Luis, el kinesiólogo del cuerpo médico, lo había hecho caminar en cinta y eso no le generaba dolor ni molestia alguna al volante. Pero cuando empezó a patear al arco e hizo pruebas de velocidad, ante la atenta mirada del “enano” que estaba sentado sobre una pelota, “me dolía y pensaba que me quedaba afuera”. Finalmente, jugó la mayor parte del partido.
“Amo jugar a la pelota. Toda mi vida tuve un sentimiento especial con el fútbol. La pelota me distraía, me sacaba de algunos lugares feos”, confesó De Paul y su expresión sonriente se modificó cuando recordó a su abuelo que falleció hace algunos años. “Fue un papá para mí que me acompañaba a entrenar. Tenía 14 años cuando se fue y ahí quise dejar el fútbol en ese momento, pero Racing se portó bien conmigo y me vino a buscar a mi casa”, recordó. “Estaría muy contento. Le daba mucho orgullo que jugara al futbol. Ya haberme visto llegar a primera hubiera sido un montón para él”, agregó, visiblemente emocionado.