Lautaro Martínez fue el único de los cuatro argentinos presentes en la final de la Champions League que estuvo en cancha. El otro de Inter fue Joaquín Correa, quien ocupó un lugar en el banco, mientras que Julián Álvarez y Máximo Perrone esperaron entre los relevos de Manchester City.

El delantero surgido en Racing fue titular y tuvo una chance clara a los 12 minutos del segundo tiempo, cuando aprovechó un error en la salida del rival y quedó frente a Ederson. El arquero le detuvo el remate, mientras el ingresado Romelu Lukaku se la pedía por el medio desde una inmejorable ubicación.

Hasta allí, lo más interesante había sido una arremetida contra el guardameta en la etapa inicial en la que alcanzó sin ángulo alcanzó cabecear y se quedó con el rebote. Ya en complemento, recibió una dura infracción desde atrás de Ilkay Gündogan que el árbitro ni siquiera sancionó.