Los entrenadores de Talleres y River son viejos conocidos. Compartieron sus inicios y, después de varios años, el fútbol volvió a unirlos en otra situación. Talleres y River juegan una «final» hoy domingo en el Kempes. Los dos llegan en un gran momento al duelo por la fecha 15 de la Liga Profesional. Para muchos, son los equipos que mejor juegan de todo el campeonato. Y más allá de las similitudes dentro de la cancha, tienen algo que los identifica aun más: sus entrenadores son muy amigos.
Javier Gandolfi y Martín Demichelis se conocen desde muy chicos. Ambos clase 80, la amistad empezó en Renato Cesarini, la famosa escuela de fútbol de Rosario. Sobresalían y pensaron en grande. Llegó River y cada uno fue desde su pueblo. El primero de San Lorenzo (Santa Fe) y el segundo de Justiniano Posse (Córdoba) tenían la misma ilusión: llegar a la Primera del Millonario. Y lo lograron. Transitaron caminos diferentes, aunque los dos cumplieron el sueño.
Era habitual verlos compartir vestuario y concentraciones. Cobija vio su rápido estreno con la camiseta de la banda en 1998, cuando todavía tenía 17 años. No encontró demasiado lugar en una defensa llena de figuras y disputó apenas ocho encuentros hasta 2022. Buscó otro destino para sumar más minutos. Justamente, ahí apareció Talleres y se fue a préstamo. Luego, su carrera siguió en Arsenal y el fútbol de México, hasta ponerle punto final en 2021 también en La T de Barrio Jardín.
El inicio de Micho no fue así. Era volante central y esperó bastante más para tener su debut. Recién en 2001, a sus 20 años, jugó su primer partido oficial en el Millo, con Ramón Díaz en el banco. Antes, vivió largo tiempo en la pensión y hasta se le cruzó la chance de irse porque no tenía lugar. Su gran nivel lo hizo despedirse en 2003, rumbo a Europa. Después, lo ya sabido: ídolo del Bayern Munich, también se destacó en España, Manchester City y la selección.
Lo que vivieron juntos como juveniles fue tan fuerte que el vínculo entre Gandolfi y Demichelis quedó para siempre. No volvieron a estar juntos en una cancha, pero su relación permaneció. Evidentemente, los une la misma pasión. Por eso aún hasta el día de hoy mantienen las charlas, cada uno respetando el puesto que ocupa. Los dos están al frente de equipos distintos, aunque hace unos meses el destino podría haber sido otro.
A fines del año pasado, los dos amigos casi vuelven a juntarse en River, pero ambos ya siendo entrenadores. Hay que hacer un poco de memoria. Demichelis fue el elegido para el enorme desafío de ser el sucesor de Marcelo Gallardo. Era tiempo de negociaciones y armado de los equipos de trabajo. Y qué mejor que pensar en gente de extrema confianza para afrontar semejante reto.
El ahora entrenador de River quiso sumar a su grupo a Gandolfi, por entonces técnico en Talleres pero como interino. Siguiendo, por qué no, alguna especie de promesa que pudieron haber hecho de chicos. Demichelis entonces le ofreció ser su ayudante de campo. Un desafío grande y tentador. Claro, Cobija ya tenía contrato en un rol principal. Y no había fumata blanca. «Somos grandes amigos con Martín, vamos a escuchar, analizar y tomar la mejor decisión», supo confesar mientras seguía al frente del equipo cordobés.
Y en esa espera, apareció Andrés Fassi, que en un primer momento dudaba sobre ofrecerle el cargo principal a Gandolfi. El mandatario aceleró y firmó con Gandolfi. Ya con la continuidad asegurada de su hombre en la T, dejó una particular frase. «Tal vez algún día tengas que buscarlo a él para que sea tu ayudante de campo», tiró el presidente del Matador. El palito no cayó bien en Núñez, lógicamente.
Quizás, esa chicana pueda haber afectado en algún punto la relación Gandolfi-Demichelis. Nada se rompió, pero sí marcó distancia. Despué de lo que pasó, el domingo volverán a verse las caras en una «final». No faltarán las sonrisas y se unirán en un abrazo. Eso lo verán todos. Pero lo que sólo ellos saben es si el futuro podrá acercarlos todavía más y sentarlos, alguna vez, uno al lado del otro. O no.