El paso de Thiago Vecino por Unión fue muy breve. Apenas algunos partidos y sin goles. Y con la salida de Gustavo Munúa, que fue el que lo pidió perdió aún más chances de jugar. Con Sebastián Méndez y Cristian González prácticamente no fue considerado.
Llegó a un acuerdo para rescindir el contrato y volvió a Liverpool de Uruguay: «Feliz de volver después de tantos meses afuera. Estoy esperando una bebé y contento de compartir de nuevo con la familia. Ni hablar de la satisfacción de llegar a Liverpool, que me abrió las puertas», confesó en charla con Sport 890 de su país.
Más allá de la chance firme de recalar en Unión Española de Chile, optó por lo seguro: «Preferimos venir para acá y seguir compitiendo en un lugar donde estuvo cómodo y me fue bien. Pero como estaba avanzado el embarazo elegimos la tranquilidad».
Luego, analizó su paso con pocas luces por Santa Fe: «Claramente no logré lo que esperaba y deseaba. Lo capitalizo como una experiencia, donde te cambia todo, como la dinámica de vida. Me tuve que enfrentar a otras situaciones que nunca había vivido, como el tema de los pagos. Pero me sirvió para crecer en todos los aspectos. Después, deportivamente, no lo pudo conseguir».
«Al comienzo fui alternando como titular. La situación del equipo no era la mejor y estaba peleado el descenso. Justo echaron a Gustavo, (Munúa) que me había pedido, y se hizo todo cuesta arriba. Hubo dos técnicos después y no jugué más. De un momento para el otro no me citaron más. Fueron casi tres meses. Por suerte pude rescindir. Cuando te toca vivir estas cosas en carne propia, te replanteás haberte ido. Pero fue siempre con la idea de dar el salto en lo deportivo», agregó.
En otro tramo de la charla, sintió el rigor del fútbol argentino y su contexto: «A nivel físico, es un fútbol similar al de Uruguay, pero tiene mucha más dinámica por las canchas. La locura general que se vive, se juega a otro ritmo y la exigencia es constante. Traté y, si bien no fui un desastre, no pude destacarme ni hacer un gol. Chances tuve una o dos nomás. Se hizo complicado».
En el final, arremetió: «Cuando llegué la situación del equipo no era la mejor, donde no ganaba, estaba último y no hacía goles, entonces me tocó a mí y a las incorporaciones, que fueron poquitas, pagar los platos rotos. Ni hablar yo que soy delantero y que no pude cumplir. Me caían por eso y se sentía en la cancha. Nunca me tocó vivir una experiencia de tanta adversidad. Así que no salía tanto a la calle para evitar problemas».
Con info de Radio Sport 890 y Diario Uno