El escándalo del fin de semana en el fútbol argentino fue la suspensión del partido entre el Tatengue y Lanús por una canaleta que se desprendió por el viento y quedó suspendida sobre la platea, que está en construcción desde hace 10 años.
Hace diez años que Unión inició la construcción de la nueva tribuna, apenas un 25 por ciento de lo que en su momento se dio en llamar “El estadio de la gente”. Diez años en los que no se ha podido completar la parte de los palcos (vendidos en su momento a la gente) y en los que el estadio se muestra en varios sectores como una “obra en construcción”.
¿Qué papel jugará la Municipalidad y qué hará Unión para que no se repita lo de este domingo?. En dos semanas, recibe a Sarmiento de Junín y el partido con Lanús será reprogramado por la Liga Profesional.
Lo que se vivió el domingo por la tarde-noche fue una escena increíble, pero que muestra el estado de un club que tiene varios frentes de obra (una cuestión sin dudas elogiable) pero ninguno llega a su fin, e incluso se comienzan nuevos sin saberse con certeza cuál es la fecha de conclusión de otros. Entre ellas, la más significativa -por su magnitud pero también por lo que representa- es precisamente el estadio.
Como un cuento circular, siempre se escuchan obreros trabajando pero nunca se termina de poner el último ladrillo. 10 años en obras y una situación de precariedad en muchos casos que tuvo su punto límite el sábado, con esa canaleta que impidió que se juegue el partido. ¿Qué pasará de ahora en más?
El Litoral-SFD-Radio Gol