Rodrigo Saravia vuelve a aparecer en escena como una posibilidad concreta para Unión. El mediocampista uruguayo, que ya había sido pretendido por Leonardo Madelón en el mercado de pases anterior, quedó relegado en Belgrano y su futuro inmediato parece estar lejos de Córdoba, un contexto que reabre la chance de que el Tatengue vuelva a la carga.
El interés no es nuevo. Madelón conoce bien al volante central de su paso por Gimnasia y Esgrima La Plata y en su momento lo había considerado un perfil adecuado para reforzar la mitad de la cancha. Ahora, con un escenario diferente y el jugador sin lugar en su actual club, la alternativa vuelve a tomar fuerza.
Belgrano lo declaró prescindible
Según informó La Voz del Interior, el entrenador de Belgrano, Ricardo Zielinski, fue contundente tras el inicio de la pretemporada en el predio Armando Pérez: tanto Saravia como Gabriel Compagnucci no serán tenidos en cuenta. Ambos futbolistas no se presentaron al arranque de los trabajos y, al no reincorporarse, quedaron directamente marginados del proyecto deportivo.
De esta manera, Saravia pasó a integrar la lista de jugadores a los que el club ya notificó para que busquen nuevo destino, junto a nombres como Aníbal Leguizamón, Tobías Ostchega, Agustín Baldi e Ignacio Chicco.
Un caso distinto al de Compagnucci
A diferencia de Compagnucci —cuya salida se explica por una negociación contractual que no llegó a buen puerto—, la situación de Saravia responde a una evaluación estrictamente futbolística. El volante uruguayo, que arribó a Belgrano a mediados de este año, no logró convencer al cuerpo técnico y su continuidad comenzó a ser cuestionada desde hace semanas.
Incluso, desde el propio club se había deslizado la posibilidad de una charla más con el jugador para redefinir su rol, pero su ausencia en los primeros entrenamientos terminó de sellar su salida del radar de Zielinski.
Unión observa y Madelón toma nota
Este nuevo escenario no pasa desapercibido en Santa Fe. Unión sigue atento a la evolución del caso y valora el contexto: un futbolista sin lugar, con conocimiento previo del entrenador y con una salida que podría resolverse en términos accesibles.
