
Rubén Wolkowyski, histórico jugador de la Selección que logró el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas, disputó su último partido en el básquet de España con su hijo Tomás, nacido en Olavarría cuando el chaqueño reforzaba las filas del “Bataraz”.
Wolkowyski, uno de los grandes nombres del básquetbol argentino, cerró oficialmente su carrera profesional a los 51 años. Lo hizo en España, jugando junto a su hijo Tomás -nacido en abril del 2000, pocas semanas antes de la consagración de Estudiantes en la Liga Nacional- con el equipo Salliver Fuengirola, en la cuarta categoría del básquetbol ibérico.

El broche final llegó en un enfrentamiento contra el Jaén Paraíso Interior, con el Salliver ya asegurando su permanencia en la categoría. Aunque la derrota 76-66 quedó como una anécdota, el momento más especial del partido se vivió a falta de 43 segundos para el final del último cuarto.
En ese momento, sonó la chicharra y Wolkowyski fue sustituido, recibiendo una ovación de sus compañeros, rivales y el público mientras compartía un emotivo abrazo con su hijo.
«Llego el día de despedirme de las canchas junto a mi hijo, gracias a este deporte tan hermoso que me dio ese lujo de jugar junto a él una temporada«, expresó en sus redes sociales.