En octubre de 2022, El Litoral daba cuenta de una demanda millonaria de Kelme, la marca de la indumentaria que vistió a Colón durante un tiempo, inclusive durante la obtención del título de campeón de la Copa de la Liga en 2021. El conflicto nunca fue detenido a tiempo y ahora el CEO de la empresa, Eduardo Hiriart, salió a explicar una situación que le está ocasionando un serio perjuicio económico al club, porque la deuda es de 22 millones de pesos históricos al 2022, que en un contexto inflacionario y contemplando demás intereses y actualizaciones podría estar acercándose a una cifra tremendamente importante para las arcas del club.
«Nosotros teníamos un acuerdo con Colón por el cual debíamos entregarle una determinada cantidad de prendas y, sobre el excedente a esa cantidad, el club debía afrontarlo económicamente. Hubo un excedente importante solicitado por el club en 2021 y nosotros resolvimos no hacer ningún reclamo de pago porque entendimos que fue por el boom del campeonato y nosotros también nos vimos beneficiados por ese contexto histórico para Colón. En 2022 sufrimos acciones de hostigamiento de parte de los dirigentes para que le entreguemos prendas y el club se excedió en más de 7.000. Solicitamos el pago de esa diferencia y estamos todavía en ese reclamo», señaló Hiriart.
La Justicia descubrió una estructura paralela de venta de indumentaria del club por afuera de la venta en la tienda oficial de la institución que era el único lugar habilitado por contrato. «Por eso nos solicitaban la entrega de una cantidad desmedida de prendas, inclusive en desmedro de la calidad de prendas para el plantel y el resto del club. Además, nos balearon dos veces la tienda que nosotros manejábamos y nadie, ni dirigentes ni empleados del club, se molestó por preguntar qué había pasado. No había que ser detective para darse cuenta de cómo venía la situación», agregó Hiriart.
Puntualmente, Hiriart dijo que «cuando se hicieron allanamientos luego de la apretada de los barras a los jugadores en el predio, se encontró muchísima indumentaria en esos domicilios allanados. Yo no tengo por qué meterme en esa connivencia entre dirigentes y barras. Lo que pasa es que esa relación nos generaba un perjuicio muy grande, no se utilizaba la indumentaria en lo que debía utilizarse y nos generaba un gran desprestigio», dejando en claro que la venta se hacía a través de la barra.
«Nosotros teníamos el gerenciamiento de la tienda oficial, Vignatti y su comisión nos firmó un contrato por el que teníamos la exclusividad de vender la ropa sólamente allí lo cual nos generó problemas con otras tiendas. El doctor Saliva, abogado del club, podía ver todo lo que facturábamos y nosotros teníamos que pagar un 10 por ciento mensual en concepto de regalía. Cuando salió campeón, a pesar de que no estaba en el contrato, aumentamos esa regalía al 15 por ciento por pedido del club», agregó Hiriart, quien dijo que «yo sabía lo que iba a pasar, porque sabía que Vignatti no iba a cumplir el contrato porque así es su estilo. La fuimos llevando adelante como se podía. Y quedó así ese excedente de 7.000 prendas que hace dos años reclamamos. Se notaba que iba a pasar eso».
Respecto de la situación actual, dijo que «hace poco tuve una comunicación con Adrián Temporelli, el tesorero, que siempre estuvo dispuesto a solucionar el tema y me comentó de la situación que heredaron y que estaban evaluando una contrapropuesta. El tiempo juega en nuestra contra, por eso me gustaría tener una instancia de diálogo. Entiendo que Colón nos hizo crecer un montón, lo reconozco y tengo un cariño especial por el club. No me gustaría ir a una acción judicial, pero no tengo respuesta».
«Desde la firma del contrato con la anterior comisión directiva, en adelante, eran palos en la rueda o exigencia de cambio de condiciones. Cuando se dan esas circunstancias, uno sabe que no va a terminar bien. Nosotros fuimos un granito de arena de la playa que fue el club y el desastre que hizo Vignatti. En este caos que era el club se da el título de campeón de 2021. Pero la realidad es que Colón sale campeón porque los dirigentes estaban guardados en la casa por la pandemia y todo se debió a Eduardo Domínguez, que hizo todo. Y a José Alonso, que lo ayudaba», agregó Hiriart, quien aclaró que «esas 7.000 prendas que no se pagaron, se vendieron en el mercado negro. Eso está claro. Y por eso tengo un daño comercial muy grande», haciendo otra vez referencia a la supuesta vinculación de los dirigentes con la barra.
Con información de: El Litoral