Previo a la victoria por 2-1 frente a Banfield en el Monumental, por la fecha 20 de la Liga Profesional, en River escucharon una frase de Fabián Berlanga, presidente de Vélez, que no cayó para nada bien respecto del presente deportivo de Valentín Gómez. «Ellos no se volvieron a comunicar, pero van a tener que pagar más que antes, porque cada vez juega mejor. Hoy, la cláusula es de 10 millones de euros netos», declaró en una entrevista con TyC Sports. Este redoble del mandamás del Fortín generó ruido en los pasillos del estadio Monumental y provocó que las chances de un posible pase en enero mermaran notablemente.

El zaguero de la categoría 2003 había estado muy cerca de aterrizar en Figuero Alcorta 7597 en la anterior ventana de transferencias. En realidad, como el Millonario no estaba dispuesto a desembolsar el monto de la cláusula de rescisión, iba a aprovechar su buena relación con el City Group para adquirirlo a préstamo antes de que fuera traspasado a Palermo de Italia, perteneciente al mencionado conglomerado de clubes.

Estaba todo arreglado para que Gómez se pusiera la camiseta de la banda roja, pero el resultado de la revisión médica realizada en el Viejo Continente dinamitó las posibilidades. Los estudios arrojaron que el defensor padecía un síndrome meniscal en la rodilla izquierda (un cuerno, según lo que dejó trascender su entorno). Si bien en las entrañas del cuadro de Liniers habían deslizado que el futbolista había jugado estos años sin ningún problema, desde Europa prefirieron no arriesgarse y dieron por caído su pase.

En el Millonario habían emprendido un plan para hacerse con el 25 por ciento de la ficha en una cifra más económica, pero el despido de Martín Demichelis, quien era el DT cuando se iniciaron las gestiones, y el arribo de Marcelo Gallardo congelaron las negociaciones. Las prioridades de River se modificaron con el cambio de mando. En su lugar, incorporaron a Germán Pezzella y Marcos Acuña, campeones del mundo con la Selección Argentina en Qatar 2022, y a Fabricio Bustos, proveniente de Internacional de Brasil.

A Gómez tampoco le vino mal que se frustrara su pase, porque se convirtió en figura del Vélez de Gustavo Quinteros que se adueñó de la cima de la Liga Profesional y jugará la semifinal de la Copa Argentina, en contrapartida de un Millo que se quedó a las puertas de la final de la Copa Libertadores y está un tanto lejos de la punta del campeonato doméstico.

Si bien entró en la lista de interesados de Boca de cara al próximo mercado de pases, trascendió que el jugador preferiría pasar a la Banda. El problema es que es difícil que la dirigencia pague el dinero que pretende Vélez.

Más allá de que Ramiro Funes Mori y Federico Gattoni, los dos centrales zurdos que posee el plantel, podrían estar más afuera que adentro en la siguiente temporada, la búsqueda de la inversión fuerte estará en los jugadores de élite en el mediocampo y la delantera, con vistas al Mundial de Clubes 2025. Todavía no hay nombres, pero los puestos están claros. Gómez deberá esperar a que Vélez baje sus pretensiones si desea defender los colores rojo y blanco.

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