Los hinchas y socios sabaleros que peinan canas se acuerdan de esos duros años en la «B» allá por los ’80, cuando Colón debió pisar escenarios incómodos y muy complicados como Laferrere, Villa Dálmine, Ituzaingó, Talleres de Escalada, El Porvenir, Douglas Haig de Pergamino y Estación Quequén, por nombrar sólo algunos. Ahora, de cara a lo que viene para Colón puntero, asoma Brown de Adrogué, el peor de los 38 equipos que juega el ascenso: es el único que no ganó en 12 fechas y se está yendo al descenso. Es más, entre Colón (puntero) y Brown de Adrogué (último), ya hay ¡20 puntos de diferencia! cuando la temporada está recién en tiempo de bautismo. El cruce irá el domingo a las 13:10 y televisado por TyC.
El estadio de Brown lleva el nombre de Lorenzo Arandilla, en reconocimiento para un ex directivo de la institución. Este espacio, ubicado en Adrogué, provincia de Buenos Aires, fue inaugurado en 1947. Como se puede ver en los registros gráficos, no tiene tribunas detrás de los arcos: detrás de uno de ellos está el campo de entrenamiento y la cancha auxiliar; detrás del otro, se levanta la cancha de tenis. «Más allá de lo que pongan los buscadores de Internet, no entran más de 4.000 personas», se sinceran ante la consulta.
La tribuna de los hinchas, frente a las cabinas de transmisión de la tele y donde va «la barra» que cuelga los trapos, comparte el tributo a dos ídolos. Gastón Grecco es el mayor goleador de todos sus tiempos con 97 tantos, uno de los máximos artilleros en la historia de la B Metropolitana, y el otro gran ídolo de Brown. Vico y Grecco conviven en sus tribunas: las dos populares del Estadio Lorenzo Arandilla llevan sus nombres. La que ocupa la barra de Brown, Los Pibes del Barrio, se edificó con el dinero de la venta de Grecco a San Lorenzo en los albores de los dos mil.
A pesar de la inédita escenografía para una segunda categoría del fútbol profesional en la Argentina, el campo de juego en sí donde Brown de Adrogué recibirá como último al Colón puntero este domingo tiene medidas de 106 metros de largo por 70 de ancho. «Parece chica la cancha, porque el alambrado está pegado y la gente mira los partidos de pie; pero las medidas son mayores al mínimo exigible por el reglamento de la AFA», cuentan desde Adrogué ante la consulta de El Litoral.
En este club, hoy complicado con el descenso y que no ganó ningún partido en 12 fechas del ascenso, su entrenador Pablo Vico es pasado, presente y futuro. Es ídolo y leyenda. En 1998, cuando ya había sellado su carrera como jugador, Brown reapareció en su horizonte para rescatarlo: «Fueron circunstancias de la vida. Después de una separación muy triste prácticamente me quedé en la calle. Y el presidente Don Juan Vairo, que lo conocía de jugar al fútbol, me invitó. Yo vivía en una pensión, acá inauguraban una concentración, y en vez de vivir en una pensión que no me gustaba, me vine a vivir acá».
«La casa de Pablo Vico, a metros del buffet Pablo Vico, a 74 pasos del estadio Lorenzo Arandilla que honra al ídolo Pablo Vico en una de sus tribunas, en el campo deportivo del Club Atlético Brown, en Bartolomé Ceretti e Illia, en el corazón de Adrogué». No es una frase hecha: Brown es la casa de Pablo Vico. «Desde el ’98 pasé por todas las actividades del club. Desde el baby fútbol, la escuelita de fútbol. He trabajado manejando el tenis y cobrando las canchas de tenis. Después uno fue a estudiar, a prepararse, para cumplir el objetivo de dirigir a una primera división».
Esa historia arrancó hace mucho: Brown había sucumbido en casa ante San Telmo el 15 de marzo de 2009, resultado que sentenció el ciclo de Juan Carlos Kopriva a doce fechas del final. Vico debutó oficialmente el 21 de marzo de 2009 en el Estadio República de Italia con un empate a uno ante el campeón Sportivo Italiano.
Pablo Vico eternizó su nombre en las páginas doradas del fútbol argentino cuando como DT de Brown de Adrogué el 1 de noviembre de 2022 superó la marca de longevidad de 4972 días ininterrumpidos que ostentaba Victorio Spinetto en su cargo en Vélez Sarsfield. Nadie, jamás, dirigió durante más tiempo a un mismo equipo que Vico.
Ahora, antes de recibir al puntero sabalero, Pablo Vico vive con esta pobre campaña un momento muy complicado. Tanto como lo que genera el estadio de Brown de Adrogué para Colón en los «famosos papeles previos». El domingo se verá si es tan así o no.
El rival sabalero
El Club Atlético Brown fue fundado en 1945 en la ciudad de Adrogué, Buenos Aires. Tiene un título de Primera C en 1997 y otro de Primera D, conquistado en 1980. Ascendió a la «C» en 1952, 1963, 1987 y 1991. Y en el 2000 logró el campeonato de Primera B Metropolitana. Su estadio es el Lorenzo Arandilla y tiene capacidad para 4.000 espectadores.
Su DT, Vico, el Ferguson del Conurbano
Cada 21 de marzo no es un día más para Pablo Vico y tampoco para el fútbol argentino. En este 2024 se cumplieron 15 años de su debut como entrenador de Brown de Adrogué. Su estreno ocurrió en el marco de un empate 1-1 ante Italiano, como visitante, por la Primera B Metropolitana.
Vico, tiene 68 años y le dicen Don Ramón por su parecido al personaje de El Chavo del 8. Es el entrenador del Tricolor desde 2009, pero vive hace más de 20 años en el club. Los que conocen su historia saben que arrancó siendo el sereno de la pensión. Allí pugnaba para que a los pibes no les faltara nada. Esa cercanía con los juveniles lo llevó, después, a ser entrenador del baby fútbol y las inferiores. Con el paso del tiempo los dirigentes vieron su mano para ofrecerle el cargo de la Primera.
En total, acumula casi 580 encuentros, con una efectividad del 46,8 % y dos ascensos en su haber. El primero al Torneo Nacional B en la temporada 2013/2014 después de 15 años de permanencia en la Primera B. Si bien al año siguiente le tocó descender, en noviembre de 2015 lograrían nuevamente un ascenso histórico frente a Deportivo Morón en el último minuto del partido.
Es el entrenador con mayor vigencia en el cargo del fútbol argentino en la actualidad y ya superó la cantidad de años de los entrenadores récord de la Primera División: Victorio Spinetto estuvo 14 años seguidos en Vélez entre 1942 y 1956.
Además, ya tiene un libro biográfico, una calle con su nombre en San Clemente del Tuyú, el buffet del club se llama como el, y hasta incursionó en la publicidad de la mano de Cinzano.
Darío Pignata para Radio Gol y El Litoral