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Central se levantó ante la T a pura contundencia y por Broun

Central se levantó ante la T a pura contundencia y por Broun

Central parecía que había besado la lona ante Banfield, pero en la lluviosa tarde de Arroyito metió el primer triunfo de la Copa de la Liga ante un duro Talleres con una gran dosis de lucha y contundencia.

Triunfazo de Central. ¿Es para tanto? Depende. Pero si se analiza en base al mal momento que atravesaba el equipo y también por la categoría del rival que tenía enfrente está bien tildar esta victoria por 2 a 0 frente a Talleres de esa forma. Porque no fue sólo el triunfo, fue quebrar una racha de cuatro partidos sin convertir, fue volver a mostrar cosas interesantes desde lo futbolístico, fue detener la caída y reacomodarse en la pelea por los cuatro primeros puestos y fue un envión bárbaro en esto de seguir haciendo pie en zona de clasificación a copas internacionales. Por todo eso es que esta victoria, trabajosa por cierto, frente a uno de los mejores equipos del fútbol argentino, no sólo descomprime, sino que renueva esperanzas.

En un partido con cancha rápida y rival complejo, Central no quiso esperar para ver qué sucedía, sino salir a atacar a Talleres. Le llevó un tiempo acomodarse, pero en esa búsqueda encontró una doble chance inmejorable para ponerse en ventaja ya a los 5’. Tras centro de Malcorra, Bianchi la pisó hacia atrás de manera impecable para Campaz y el tumaqueño perdió dos veces el duelo ante Herrera.

Igual no todo iba a ser sencillo, porque Talleres se acomodó, empezó a manejar más y mejor la pelota, en esa sociedad entre Depietri, Bustos y Garro que iba preferentemente por izquierda, a espaldas de Coyote Rodríguez. Por eso la cosa se hizo de ida y vuelta, con un Central que no encontraba los caminos para el desequilibrio, sólo algunas buenas intervenciones de O’Connor, algunas corridas de Giaccone y algo de Campaz por el otro lado, pero nada extraordinario.

En ese golpe por golpe, «Fatu» Broun tiró una por arriba y metió una tapada increíble tras un remate de Bustos; Mallo apareció dos veces de cabeza, para que Herrera se luciera. Hasta que Giaccone inició una contra en su área, corrió y la puso en cortada, profunda para Campaz. Dos toques y zapatazo cruzado contra el palo izquierdo de Herrera. Golazo, festejo y delirio en el Gigante. Fue el inicio del mejor momento de Central en el partido, ya con mayor presencia, actitud y juego. Y con Talleres atormentado apareció el centro de Campaz, la excelente amortiguación de Bianchi y la definición de Malcorra, a los 37’.

Un par de minutos más de desconcierto de Talleres hicieron que Central pudiera convertir algún gol más, pero Herrera se la tapó a Campaz en el primer palo. Igual fue un cierre del primer tiempo con algo de fortuna, por ese mal remate de Juan Rodríguez primero y el remate en el palo de Portillo después.

Ya el complemento tuvo otro tono, porque Central se paró más de contra, pero sin resignar ir por todo. Así, el ida y vuelta fue constante, con un Talleres que comenzó a preocupar. Pero fue apareciendo, otra vez, la figura de Broun. Primero para ahogarle el grito a Bustos y ni hablar lo que hizo en el minuto 35, cuando le tapó el penal a Garro. porque era mucho lo que quedaba por delante para un Central que atacaba bien, con Campaz como abanderado, pero sin poder bajarle la persiana al partido. el colombiano tuvo algunas aproximaciones mal resultas, Malcorra otro tanto y lo que el canalla hacía era aguantar como podía, ya con Ortiz junto a Toledo.

Pero lo dicho, ese penal (de Mallo sobre Sosa) fue clave, para convertir el Gigante en una caldera, mientras Russo jugaba su partido con los cambios.

Fue un final de pelea callejera, de golpe por golpe, pero de parte de Central con el convencimiento de que era un triunfo no se podía escapar y por eso la mayor cuota de inteligencia. Y este Central que parecía al borde del nocaut se levantó, pegó y quiere dar pelea.

Fuente La Capital

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