Gonzalo «Pity» Martínez quedó a un paso de retornar a River Plate desde el Al Nassr, de Arabia Saudita, aunque recién podrá quedar a disposición del técnico Martín Demichelis en octubre, cuando se recupere de la ruptura del ligamento colateral externo de la rodilla derecha que se le provocó en febrero pasado, luego de alcanzar un acuerdo este lunes con las autoridades del club de Núñez.
Por contrapartida Lucas Beltrán quedó también cerca, pero de irse, ya que Fiorentina de Italia vendió al brasileño Arthur Cabral a Benfica de Portugal y ahora irá por el cordobés pagando la cláusula de rescisión de 25 millones de euros, lo que obligaría al atacante de 22 años a marcharse después de los octavos de final de la Copa Libertadores.
Para reemplazarlo en River ya pensaron en otro retorno, que es el del colombiano Rafael Santos Borré, que no vería con malos ojos «volver al club», según anticipó su representante, Martín Araoz.
Lo que impulsa con más fuerza la posibilidad de que Beltrán se vaya a la Fiorentina se apoya también en la gestión que lleva adelante su director deportivo, el argentino Nicolás Burdisso, que vio «in sittu» al rubio delantero en un partido frente a Instituto de Córdoba, que River ganó 3 a 1 con un gol y una asistencia suya.
Pero lo que también encendió alguna ilusión, por ahora nada más que conjetural, fue la visita que este lunes realizó el uruguayo Luis Suárez al hotel donde se hospeda el plantel riverplatense que mañana visitará a Internacional, en Porto Alegre, por la vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores. El actual delantero de Gremio estuvo reunido con el presidente Jorge Brito y el director deportivo, Enzo Francescoli, aunque no se conocieron detalles del encuentro.
Las posibilidades económicas de River por ventas también se aúnan a los recursos por distintos ingresos que arrojaron en el último balance un histórico superávit de 6.548 millones de pesos.