El presidente de Vélez Sarsfield, Sergio Rapisarda, presentó una licencia al cargo después de que se hiciera público por parte de los futbolistas el apriete de la barra brava hacia el plantel y la amenaza de muerte hacia el juvenil Gialuca Prestianni, en medio de un crisis deportiva e institucional que lo tiene peleando por no descender a la Primera Nacional.
Rapisarda está al frente de la institución de Liniers desde el año 2017, cuando fue elegido por el 36% de los hinchas para destituir a Raúl Gámez. En el 2021 fue reelegido con el 40% de los votos, siendo el primer presidente en 30 años en tener dos mandatos consecutivos.
Hace algunas semanas, Rapisarda y su vicepresidente, Adrián Peláez, recibieron pintadas en locales de sus empresas en la Ciudad de Buenos Aires y la presencia de hinchas del club de Liniers para que les dieran explicaciones del mal presente, pero el ahora mandatario en licencia aseguró que no iba a renunciar porque debía cumplir su palabra para con los socios que lo eligieron.
“No pensé en renunciar porque los mandatos hay que terminarlos. Hay un plantel importante y no es una palabra que me guste la ‘permanencia’. Estamos bien en promedios, pero sí, estamos mal”, aseguró.
No obstante, detalló que si hay un mal presente y se culpó por ello: “Soy el responsable de este momento futbolístico, pero tenemos instalaciones renovadas, 55 mil socios. Hoy en día estamos haciendo frente a todo nuestro presupuesto, tenemos dinero en los bancos”
La barra brava agredió y amenazó a los jugadores de Vélez tras la derrota del domingo frente a Huracán por la Liga Profesional y varios integrantes del plantel tienen la intención de dejar el club a raíz de lo sucedido.
Los futbolistas del conjunto de Liniers fueron increpados en la Villa Olímpica y, según pudo confirmar Noticias Argentinas, algunos juveniles fueron atacados a golpes de puño.